Cómo tiene que ser tu dieta.
- Variada en alimentos para asegurar el aporte adecuado de nutrientes.
- Repartida en 5 comidas diarias: desayuno completo, almuerzo, comida, merienda y cena ligera.
Proporcionada en aporte calórico (reparto de hidratos de carbono, grasas y proteínas). - Suficiente en líquidos: al menos un litro y medio al día, preferentemente agua (zumos, sopas, infusiones,
etc., incluidos). - Adecuada en energía para lograr balance calórico: que aporte las calorías que gasta tu organismo, tu
metabolismo basal (según edad, peso, sexo) y tu actividad física.
Bases de la dieta mediterránea:
- Platos basados en productos frescos y ricos en fibra: frutas, verduras y hortalizas, cereales, legumbres
y frutos secos. - Cocina sencilla a base de alimentos a la plancha, al vapor, asados y hervidos, así como aderezados con hierbas aromáticas, frutos secos, cebolla, ajo y cítricos como naranjas y limones.
- Las principales fuentes de energía son el pan y la pasta como hidratos de carbono, el aceite de oliva
como grasa, y el pescado y las aves como alimentos proteicos. - Las cantidades en las comidas son moderadas, tanto en alimentos como en vino (un vasito).
- Además, el estilo de vida mediterráneo conserva costumbres saludables, favorecidas por un clima
benigno, como: - Comer con tranquilidad, en familia y alrededor de una mesa.
- Sobremesa y, si es posible, una siesta corta (20 minutos).
- Realizar actividad física y tomar el sol con moderación.
En nuestro entorno, la alimentación equilibrada y saludable es la dieta mediterránea.
La dieta mediterránea forma parte del estilo de vida saludable propio de los pueblos de la cuenca
mediterránea y aporta grandes beneficios a la salud. De hecho, en países del área mediterránea hay
mayor esperanza de vida y menos enfermedades cardiovasculares y degenerativas.
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